También conocido como “ escritor fantasma” o escritor por encargo es un oficio más popular de lo que se cree, en estos tiempos donde el marketing de contenidos se ha convertido en un arma fundamental en la construcción de una marca y en sustento de la reputación y el prestigio. Básicamente es un profesional de la comunicación contratado para escribir libros, manuscritos, libretos, guiones, discursos, artículos, canciones, posteos en blogs, historias, reportes y otros textos que son oficialmente acreditados a otra persona o a una compañía. El ghostwriter es un creador por definición para quien resulta más importante la obra y el proceso, que los halagos y el aplauso. En este oficio, el ego no tiene cabida porque de lo que se trata es de saber decir y de saber contar.
En el mundo corporativo su uso se ha extendido porque las ventajas son evidentes: La primera es tiempo. Al ser su actividad principal, un ghostwriter dedica toda su atención al proyecto para el que ha sido contratado, por lo que su desarrollo generalmente se toma una tercera parte del tiempo de lo que se hubiera gastado un profesional que, aparte de esta tarea, debe desarrollar otras más propias de su cargo. En esa medida, cada proyecto gana en profundidad, en relevancia y en valor, porque el tiempo disponible para la investigación es mayor.
La segunda razón se deriva de la primera. Al ser contratado, el ghostwriter o la empresa de ghostwriting se convierten en escritores exclusivos para cada proyecto y el tiempo y esfuerzo que se le dedica a la tarea es único.
Otro aspecto fundamental es la experiencia, ya que por lo general se trata de profesionales con una larga actividad en el oficio de escribir, con conocimientos particulares del lenguaje, amplio bagaje investigativo, desprovistos de egos propios de escritores primerizos, capaces de enfocarse en los objetivos para los cuales está determinada la pieza que se espera publicar.
El escritor fantasma, por lo general no trabaja solo, sino que dependiendo de la complejidad del proyecto, en la gran mayoría de las veces trabaja con un equipo multidisciplinar, que enriquece la tarea: Investigadores, comunicadores, correctores de estilo, editores y en algunos casos profesionales especializados en el tema, hacen parte del grupo que llevará a cabo la tarea, lo que asegura, múltiples miradas, contenidas en el estilo propio de la compañía para la cual se trabaja.
Si su estrategia de comunicación, contempla un plan de contenidos, no lo dude: el ghostwriting es un arma poderosa y efectiva a la hora de satisfacer las necesidades de sus audiencias, bien sea interna o externa. No olvide que la gente está aburrida de la publicidad tradicional y por eso prefiere las historias diferentes, creativas, capaces de conectar con lo que son o con lo que quieren ser, en fin, con el hecho simple de crear sentido y valor al hecho simple de poder comunicarse.
Sin embargo, antes de contratar a un ghostwriter hay que tener varias cosas en cuenta:
- El ghostwriter no es una mecanógrafa. Es un profesional con una habilidad superlativa a la hora de escribir, que intentará poner en otras palabras lo que usted por tiempo, por disposición o por habilidad no puede o no quiere hacer.
- Si usted cree que lo hace mejor que el ghostwriter, no lo contrate, ya que tal vez no lo necesite. Suele pasar que una vez entregado el trabajo, el cliente se dedica a encontrarle defectos al estilo o al tipo de trabajo entregado, por lo que el proyecto termina enredado en cada corrección. No se trata, ni mucho menos de aceptar cualquier cosa que le entreguen, sino de entender que a la persona que se contrató tiene la experiencia y el profesionalismo para desarrollar un trabajo de calidad que cumpla con lo que se necesita.
- Es fundamental tener claros los objetivos del proyecto. Si para usted es un tema difuso e impreciso, no espere que el ghostwriter lo adivine. Es preferible esperar a moldear las características y alcances de lo que se espera, antes que arrancar en forma apresurada e irlo haciendo sobre la marcha.
- Usted debe esperar de un ghostwriter profesionalismo, creatividad, exclusividad, confidencialidad, ingenio, confianza, puntualidad, comprensión, paciencia y dedicación. El espera de usted, claridad, coherencia, honestidad, contacto y por supuesto un trato digno y justo.
Por último, resulta fundamental establecer un ambiente de confianza y familiaridad, casi íntimo que le permita a las dos partes quedar satisfechos con los resultados obtenidos ya que lo importante es que el proyecto alcance los objetivos para los cuales se planificó.
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