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Foto del escritorMauricio Liévano Quimbay

¿Consultor, formador, mentor o coach?

Sin duda alguna, la vida antes era mucho menos complicada. De niños, bastaba una pelota, un par de amigos y saber chiflar para ser felices. De grandes, una empresa en la cual permanecer toda la vida, cumplir lo solicitado y tomarse unos tragos de más en las fiestas de fin de año.



Hoy, las cosas son un poco más complejas, o más fáciles, dependiendo de la perspectiva desde la que se mire. Han aparecido oficios y profesiones que antes no existían, otras se han reinventado en nombres rimbombantes y otras simplemente han desaparecido, o si no que lo digan los carteros.


En el campo empresarial, el coaching parece ser una de las palabras de moda, porque parece haber coachs para todo: personal, deportivo, ontológico, financiero, organizacional, transformacional, ejecutivo, integral, por solo nombrar unos pocos.

El coaching, viene del vocablo ingles to coach que significa entrenar y es un método que consiste en acompañar, instruir o entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir cumplir metas o desarrollar habilidades específicas. Como el amor y el sexo, parecido no es lo mismo. Un formador enseña una habilidad específica, un consultor aconseja un procedimiento, un mentor es una especie de faro guía, mientras que un coach acompaña y estimula.


Coaching parece ser una palabra de moda que resuelve todo

En esa medida, la pregunta sería ¿ y cualquiera puede ser coach? Y esa es una cuestión que tiene tanto de ancho como de largo y las respuestas son variadas, dependiendo quien la dé. Si uno le pregunta a alguna de las muchas empresas dedicadas al tema, nacionales o extranjeras, la respuesta es tajante: no, porque según ellos para ser coach se requiere haber tomado un curso que ellos han estructurado, promovido, posicionado y por supuesto, cobrado. Pero ¿y quién los certifica a ellos? Generalmente una asociación de iguales, que es como un club de amigos que hablan bien de los otros. De hecho en Colombia, ser coach no es un título académico, ni está avalado por una institución reconocida de educación superior y por eso entra en la categoría de oficio, sin que eso sea bueno o sea malo en sí mismo. Igual, el tomar un curso de coaching, no garantiza nada, excepto tal vez una técnica, pero nunca el conocimiento ni la pasión por guiar un equipo.


Si uno le pregunta a un empírico en el tema, pero experto en una materia, le dirá que sí, porque para ellos lo importante es el conocimiento, y la técnica no será más que una cuestión de feeling y simpatía con los coaches, que es como se llama a los que reciben la instrucción. Sin embargo, la comprensión y el dominio de un tema tampoco garantiza nada, si no va acompañado de una pedagogía y un método adecuado.Finalmente, si le pregunta a un charlatán, que abundan y mucho, le dirá que por supuesto, porque para ellos nada es imposible.


Entonces, ¿qué es un coach?. Es ante todo una persona que conoce del tema, es un especialista, por eso si se enfrenta a uno de esos que sabe de todo, ¡huya!. Es una persona que sabe de lo que habla, que inspira confianza, porque simplemente no le está intentando vender nada. Es una persona que escucha antes de hablar, casi como un minero de datos, que a partir de la observación, es capaz de sacar del otro, lo mejor de si, aprovechando sus habilidades, estimulando su conocimiento, incitando sus acciones y evaluando sus procedimiento. No juzga, porque su oficio no es ese. Tiene por el contrario una mirada periférica, capaz de pensar cualquier situación en tres dimensiones, lo que le permite transmitir a su equipo visiones diferentes de un mismo hecho para que sean ellos los que tomen el camino indicado.


En resumen, el coaching no es una profesión, es un oficio para el que se necesita verdadera vocación.


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